¿Por qué elegiste venir al mundo?
Comenzamos
con un propósito, único y original porque entre todos los millones de seres
sobre el planeta tierra tú eres único
y original, sin copia, nadie puede clonarte, nadie puede imitarte,
nadie puede hacer tu papel, nadie puede responsabilizarse por tus actos… tú
eres solamente tu… y nadie puede desempeñar el rol de tu vida… sino solamente
tu…
Propósito: Por lo que
estás aquí…
Solo sabiendo y declarando tu propósito y
manteniéndolo en alto cada día, como tu proyecto de vida, puedes ir rápido en
la dirección correcta y pasarla muy bien en el transcurso del camino hacia ese
propósito. Renovarse a diario. Renovándose todos los días es la forma de llegar
vivo a la meta. ¿Cuál es tu meta? ¿Tienes alguna meta? ¿Sabes por qué estás
aquí?... ¿Tienes respuestas a tu vida?
Entonces trata de responder la pregunta: ¿Por qué elegiste venir al
mundo? ¿Tenías alguna otra opción? O ¿realmente no lo elegiste?
¿Dónde
obtuviste tu propósito? Considera esta pregunta: Tienes libre albedrío. ¿Dónde
comenzó este libre albedrío? Algunos consideran que comienza cuando naces.
Creen que no tuvieron elección de nacer o no nacer, pero una vez que están
aquí, tienen libre albedrío para elegir cual es el camino a tomar.
Otros creen
que tu libre albedrío es eterno y que comienza aún antes de que nazcas. Esta no
es una idea extraña. El alma es eterna. Tus ojos te dicen que la vida comienza
cuando naces, pero algo más profundo dice que esto puede no ser el comienzo
real. El propósito o destino es lo que tú, tu Ser o alma eligieron venir a
hacer a la Tierra, una elección basada en un conjunto de atributos y deseos.
Además las circunstancias y ubicación del lugar donde naciste son perfectas
para acumular las “herramientas” necesarias para satisfacer tu propósito
elegido si es que estuvieses consciente de ello al pasar por la vida. Es por
eso que tu propósito único te hace sentir tan bien cuando lo encuentras. Por
eso es que te da tanta alegría y gozo el hacerlo. Por eso es que lo elegiste
hace tanto tiempo. Eso es lo que viniste a hacer aquí. A cumplir el propósito
que tenías designado.
Desafortunadamente,
mucha gente no satisface su propósito, mayormente debido a la forma en que está
estructurada la sociedad y la educación en su entorno. Aun así puedes
fácilmente satisfacer tu propósito si así lo eliges.
Gracias doy a Dios por tu vida lector que
estás en este momento leyendo este tratado. Dios bendiga tu vida y te llene de
su gracia. Bienvenido a este momento de encuentro personal y al encuentro de
una nueva puerta hacia la verdadera vida.
Comenzamos
este encuentro diciendo que parece contraproducente la existencia que llevamos
en el diario vivir porque no todas las cosas que te suceden son de tu gusto.
Pues el gran problema del ser humano es lo más maravilloso que el Creador nos
ha dado: la VIDA. Aunque parezca mentira pero lo más preciado que tenemos y a
lo que todos nos aferramos, es lo que da más problemas a muchos. ¿Y a ti que
problemas te ha dado la vida? ¿Cómo has asumido las circunstancias por donde
pasas para andar hacia tu propósito?
A
pesar de todas estas cosas que puedan sucederte y que te hagan pensar que es
difícil, hay buenas noticias para ti. Naciste para ser feliz, naciste para
triunfar y trascender, tu vida tiene un propósito sublime, no naciste por
casualidad. Hay un significado precioso y profundo en tu ser.
Cuando
comiences a comprender el valor que tienes, comenzarás a ver el mundo
de otra manera, podrás disfrutar de cosas sencillas y gloriosas que nos brinda
el día a día, serás verdaderamente feliz y podrás sentirte más pleno y
satisfecho. Enriquecer el ser interior, debe ser una tarea normal, ya que es
parte trascendental en la naturaleza integral del ser humano como un motivo de
desarrollo permanente.
Comienza
hoy a descubrir la gran trascendencia del tesoro más preciado que te ha sido
entregado. Tu propia vida.
Comenzar
por el principio es importante, conocer la prioridad de nuestra existencia es
urgente para comprender que la vida del hombre no solamente se trata de acumular
posesiones materiales; esto no es el todo, debe haber un equilibrio para
alcanzar la plenitud. Saber vivir sin afanes y atender lo primordial debe
comenzar hoy. Hay cosas que no se podrán repetir. El tiempo, ese lapso que
llamas vida, es breve ante la eternidad de los tiempos.
¿Acaso sabes la razón de por qué existes?
¿Conoces tu vida? ¿Sabes lo que estás
haciendo? O simplemente vives en el ritual tradicional de la vida –nacer,
crecer, estudiar, buscar empleo, casarte, obtener casa, criar hijos, tener un automóvil,
cambiar de trabajo y de pareja o hacer negocios, retirarte o jubilarte-
esperando la muerte en ese transcurrir? ¿O acaso hay más que esto en la vida? El
objetivo primordial de la mayoría de la gente parece ser el retiro o la
jubilación. Entonces… ¿Para qué vivir?
¿Hay alguna razón para Vivir?
"¿Cuál es la razón de que tú
existes?" ¿Serías capaz de contestarte? ¿Puedes explicar tu propósito en
este mundo? ¿Para qué estás aquí? ¿Por qué viniste? ¿Hacia dónde vas? Y
pudieras decir de la vida… simplemente ¿Qué quieres?
La mayoría no va a responder. Ellos no tienen
visión alguna para sus vidas.
¿Acaso tú tienes un sentido de tener un
propósito personal? ¿Acaso tú sabes por qué es que naciste? ¿Acaso tu propósito
te da esa pasión para vivir? Tú puedes preguntarme, "¿Acaso realmente
necesito una razón para existir?" Mi respuesta es,
"¡Definitivamente!" La vida fue hecha para que tuviese significado;
tú no naciste sólo por el simple hecho de nacer. Si todo lo que tú tienes como
esperanza después de haber trabajado durante años para otros es sólo una casa y
una pensión de jubilación, entonces, tu vida es una tragedia que se está
llevando a cabo. Consumiéndose lentamente. Tú puedes saber la razón de tu
existencia, y tú puedes experimentar una vida fabulosa a la luz de ese
conocimiento. La vida no tiene que ser un algo sin objetivo, ni como un
ejercicio repetitivo, haciendo siempre lo mismo. No eres un robot. No eres una
maquina programada para vivir en ritmos de ciclos predeterminados. Tú fuiste diseñado
para llegar a algún lado, para dirigirte a una meta para cumplir un propósito.
La vida puede ser muy
difícil de entender. En el intento de afrontar las duras realidades de nuestra
existencia, podemos frustrarnos fácilmente si no contamos con la templanza
adecuada. Anhelamos respuestas al inmenso problema del sufrimiento y del porqué
de todas las cosas que nos ocurren que no son de nuestro agrado o las que no
entendemos. Incluso nos preguntamos por qué a la gente buena le pasan cosas
malas y a la gente mala le pasan cosas buenas. Porque de paso siempre nos
creemos buenos. Generalmente las respuestas parecen incomprensibles, evasivas,
ocultas, fuera de nuestro entendimiento, porque es una pregunta que se hace por
inmadurez, cuando no aceptamos los reveses, solamente queremos la fortuna. Sin
entender que los reveses son los que te hacen crecer con solidez de espíritu.
Entonces es allí cuando caemos
en preguntarnos por qué Dios permite el sufrimiento y las adversidades. Es
peligroso e infantil pretender una respuesta a eso pues las razones son muchas
y muy complejas. Como es igualmente impropio exigir entender tales razones
cuando no entiendes que deben suceder.
Cuando el desconsolado Job en
la biblia se preguntaba cómo siendo él un hombre bueno y cumplidor de los
mandamientos de Dios estaba pasando por tantas cosas que le amargaban la vida y
al fin se dio cuenta de que no tenía derecho a exigir una respuesta de parte de
Dios dijo: «...Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado
maravillosas para mí, que yo no comprendía...» (Job 42:3).
Sin embargo, Dios sí nos ha
dado algunas respuestas. Aunque no sepamos por qué una persona en particular
contrae una enfermedad, sí sabemos parte de la razón por la que existen las
enfermedades. Y aunque puede que no entendamos por qué enfrentamos un problema
en particular, sí podemos saber cómo lidiar con la situación y responder de
forma que agrade al Señor.
No puedo decir que comprendo
totalmente tu situación actual, que entienda el sufrimiento que puedas estar
experimentando ahora. Aunque generalmente los aspectos del dolor humano son
comunes a todos, las particularidades son diferentes. Pero si puede ser que lo
que más te apremie en este momento, no sea precisamente la explicación del por
qué estás sufriendo ni lo que debes hacer para salir de la angustia que te
produce tu situación personal. Lo más seguro que lo que más necesitas ahora sea
un abrazo, un hombro en el cual apoyarte, que te permita llorar si te provoca;
alguien que te escuche, que se siente contigo en silencio que te permita
desahogarte y aliviar tu pena. Sin embargo, en algún momento será oportuno que
las verdades de la Palabra de Dios te consuelen y te ayuden a ver tu situación personal desde la
perspectiva de Dios. La visión correcta de las cosas. La justa manera de la
interpretación de la vida.
Luis Trujillo
Escritor – Comunicador social